La Nacion Costa Rica

ÁNCORA

MARÍA E. GUARDIA YGLESIAS

CSUPLEMENTO DE CULTURA arlos Barboza externa en un escrito sobre Manuel Cano de Castro, que este es el artista más internacional de Costa Rica del siglo XX. Acota, también, que los historiadores costarricenses no han hablado ni escrito de él. (Barboza, 2019).

Cuando me enteré de que el antiguo campo de internamiento y deportación de Royallieu se había convertido en Museo, pensé que era el momento de hacerle honor a Cano de Castro, uno de los artistas olvidados de Costa Rica y que, por un azar del destino, fue tomado prisionero por los nazis. Entonces, emprendí mi camino hacia allá.

Editor Víctor Fernández G.

vfernandez@nacion.com

a París, pocos meses después lo pilla la II Guerra Mundial y luego

es tomado prisionero por los alemanes. Permanece en el campo de internamiento Frontstalag 122 desde

1942 a 1944.

sin embargo –como él mismo señala– tiene que hacerlo de memoria porque los alemanes le confiscaron todos sus dibujos. Son 12 litografías dibujadas en la matriz de piedra con lápiz graso, a un tamaño de 28 x 21 centímetros e impresas a mano una por una. El artista certifica, al final de cada carpeta, que las litografías fueron realizadas en papier Montgofier (sic) de 45 x 32 cm. Es también relevante que esta primera obra litográfica de Cano de Castro está dedicada “a mon ami Louis Feron”.

El 25 de noviembre de 1944 aparecen dos artículos en Repertorio Americano a propósito de Frontstalag 122, uno es de Max Jiménez y el otro de Arturo Echeverría Loría. Dos años después, la Galería L´Atelier de Echeverría, realiza una exposición de dos de las tres carpetas de grabados que realizó Cano de Castro en Costa Rica.

Después de esa época, no hay rastro de este artista en la historiografía nacional, nadie lo vuelve a nombrar. Lo que sí se sabe, es que regresó a Europa. En todo caso –Costa Rica pierde la memoria, este es otro de sus artistas olvidados–.

Recién lanzado el Museo Virtual de Arte Costarricense, PINCEL, recibí una petición de un museo francés, se trataba del Mémorial de l´internement et de la déportation de Compiègne. Ellos se interesaban por la obra de un artista del que nunca habían oído hablar, pero que había realizado obras plásticas del campo de internamiento Frontstalag 122. Creí necesario que la obra de Manuel Cano de Castro estuviera en el lugar en donde se había

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2021-07-25T07:00:00.0000000Z

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