La Nacion Costa Rica

Sangre sobre Managua

ÁLVARO ROJAS SALAZAR alvarors75@hotmail.com

‘Tongolele no sabía bailar’ es una novela detectivesca del 2021 del escritor Sergio Ramírez, la cual tiene un trasfondo político de la Nicaragua contemporánea

Un inspector renco regresa a Managua de forma clandestina, se llama Dolores Morales y viene de Honduras. La noticia de la enfermedad de su amante lo hace cruzar la frontera y comenzar su viaje por Nicaragua desde el norte hasta la capital. Este es un viaje contado en diálogos, un viaje tenso, inseguro, que nos prepara para el descubrimiento de una estructura de poder siniestra, una estructura que se ramifica por todas las capas de la sociedad nicaragüense y que se sostiene por chantajes, amenazas, el desgastado discurso de “la revolución” y también por la violencia, por el uso del crimen como instrumento político.

Tongolele no sabía bailar (Alfaguara, 2021) es el tercer libro de la serie que Sergio Ramírez le dedica al inspector Morales, de quien ya conocíamos sus andanzas gracias a las novelas El cielo llora por mí (Alfaguara, 2009) y Ya nadie llora por mí (Alfaguara, 2017). Como se sabe, un inspector privado es un gran recurso literario para recorrer los bajos fondos de una sociedad, para descubrir intrigas, traiciones, podredumbres; sin embargo, en el caso de Tongolele no sabía bailar la etiqueta de novela policíaca se queda corta, ya que la política hace saltar por los aires la trama detectivesca de esta historia.

En esta novela se alterna la narración del viaje del inspector Morales a Managua y su llegada, con los capítulos dedicados a un personaje esperpéntico, el famoso Tongolele, un hombrezuelo con cierta jerarquía dentro de la seguridad del Estado que, a pesar de ello, ha caído en desgracia. Mientras Tongolele nos revela los mecanismos de control social de un régimen político perverso, Dolores Morales nos muestra los efectos en la sociedad de las acciones de ese régimen, que en la ficción es una dictadura de cuya cúpula solo se conocen las órdenes que emite, una dictadura latinoamericana respaldada por una ideología que mezcla un esoterismo delirante, con ambición de negocios y una patética nostalgia guerrillera.

El clima emocional de esta novela pasa de la tensión a la asfixia, en ella todo está degradado, el lenguaje realista con el que está escrita expone un mundo violento, inclemente, soez, penetrado por el mal gusto, un mundo en el que reinan las bajas pasiones y también esos seres sin escrúpulos que logran tejer redes de poder a pequeña escala, tal vez, a imagen y semejanza de la gran red que se extiende por todo ese país de mentiras en el que antagonizan Morales y Tongolele, a quien le dicen así por ese mechón blanco tan parecido al de aquella famosa bailarina mexicana.

En Tongolele no sabía bailar un narrador sabio se mantiene a la distancia de todo aquello que viven los personajes. Este narrador conoce los diferentes puntos de vista sobre el conflicto que está por desatarse, nos va acercando al infierno, muestra el infierno, las imágenes de la desgracia, los juicios, temores, pasiones y pensamientos de todos los personajes menos los suyos, y con esto respeta los mandamientos principales de la mejor tradición de la novela moderna, los que resguardan la calidad literaria de una novela y la protegen de la frecuente tentación del panfleto político. Esto Sergio Ramírez lo logra mediante el uso de diálogos vivaces, de cartas o reportes aclaratorios, de su espléndido sentido del humor y de un ojo agudo para detectar la miseria

EN ESTA EDICIÓN

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2022-01-16T08:00:00.0000000Z

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