La Nacion Costa Rica

EL ‘STREAMING’ NUESTRO DE CADA DÍA

Un estudio de la agencia RIOT\TBWA revela que 70% de los ticos está suscrito a alguna plataforma web para ver series y películas. Muchos ignoran cuánto gastan al mes en esto y confiesan tener televisión por cable solo porque viene incluida con el internet

JORGE ARTURO MORA jmora@nacion.com

Respirar hondo y meter la cabeza en el mar de datos que significa un estudio siempre resulta un ejercicio tanto lúdico como de descubrimientos.

Principalmente, ese ejercicio va sobre comparar lo que creemos que sabemos sobre algo; cuán acertados estamos con respecto a nuestro entorno y cuánta tanta razón tendremos cuando, en cualquier sobremesa, presumimos nuestras impresiones sobre “algo”.

Ese “algo”, en esta ocasión, es nada menos que un

estudio sobre el consumo de streaming en Costa Rica. Titulado Una década de “ver tele” en línea, se trata de una investigación generada por la agencia RIOT\TBWA sobre cómo, cuánto y de qué maneras accedemos a las plataformas de contenido audiovisual para hacerlas parte de nuestra vida.

“Esta es una iniciativa propia de RIOT\ TBWA, como la primera edición de una serie de reportes”, cuenta Cristian Cambronero, director general de la agencia. “El objetivo es producir un informe similar cada seis meses, haciendo una inmersión en temas diferentes, pero que tengan que ver con cambios culturales de los consumidores con respecto a innovaciones tecnológicas”, cuenta.

En una sobremesa de ideas, Cambronero y el resto del equipo le pusieron el ojo al boom de contenidos audiovisuales y cómo este ascenso ha cambiado nuestra conducta como sociedad.

“Precisamente, a través de ese ejercicio de observación de nuestra cultura es que empezamos a detectar una serie de perspectivas de que hay algo grande sucediendo. Por ejemplo, lo de bromear con las contraseñas compartidas o que alguien se separaba de su novio y se guardaba la contraseña, ¡resultó ser algo real! Detrás de los chistes que todos hacemos, hay cambios de hábitos”, señala Cambronero.

Si bien, como el mismo director de la agencia señala, los hallazgos no son una verdad absoluta (está limitado a los residentes ticos activos en redes sociales), es una buena herramienta para entender un espectro del cual todos creemos saber más de lo que imaginamos.

TICOS Y STREAMING

Por supuesto, para navegar entre estos datos y gráficos, existe el rigor de aclarar cómo se efectuó la investigación. Sí, hay que hablar de esos datos crudos e inevitables a la hora de encarar un reporte como este.

Para esta exploración, el tamaño de la muestra fue de 406 personas, con cobertura únicamente para residentes en el país, con distribución proporcional entre provincias. El 51% de entrevistados fueron mujeres y el resto hombres; todos desde los 18 a los 68 años. La encuesta se aplicó en línea, en agosto del 2021, y tiene un nivel de confianza del 95%.

Ahora sí: habiendo aclarado estos datos, podemos entrar en materia.

No es para menos que el streaming sea parte esencial de nuestra vida. Desde la religión más antigua hasta el último anuncio de Netflix, el ser humano ha estado fasci

nado con conocer historias. Es algo tan presente en el espíritu de las sociedad que el progreso de la tecnología no ha hecho más que cultivar esa obsesión.

Por supuesto, como bien detalla la investigación, suena anacrónico pensar en esperar una semana para disfrutar del nuevo episodio de una serie de televisión. Si bien algunas series aún conservan ese formato, lo tradicional es que el cliente tenga a su disposición un gigantesco catálogo de títulos tan colosal que no le alcance una vida para ver todo el contenido.

Esa sensación maximalista, que tanto exigen estos tiempos de frenetismo, han modificado nuestras conductas. El estudio de RIOT\ TBWA va sobre eso, sobre cómo, especialmente, el auge del internet va de la mano con plasmar a una Costa Rica tremendamente conectada a la red. En concreto:

el 73% de la muestra utiliza alguna plataforma de streaming.

Por supuesto, San José es la provincia más conectada. Los datos muestran que 8 de cada 10 personas en el Gran Área Metropolitana (GAM) utilizan al menos una plataforma de streaming. En las zonas costeras, el uso de estas plataformas es menor y, quienes lo hacen, se inclinan por Netflix.

La preferencia de conexión por cable coaxial también se reflejó en esos datos: el 90% de los ticos cuenta con televisor en su hogar y, de estos, el 83% paga servicio de cable o televisión satelital. Entre quienes pagan cable, el 77% también está suscrito a streaming y, aunque utilizan ambos servicios, consumen en mayor medida el contenido de las plataformas.

Aun así, el cable sigue siendo atractivo para los costarricenses (el 38% incluso dice disfrutar su contenido). Sin embargo, el 30% conserva el servicio “porque está incluido” en su plan de Internet.

“Esta es una de las principales sorpresas”, reflexiona Mónica Blanco, planner de Inteligencia Cultural de RIOT\TBWA, “porque no es un cambio menor que muchas personas estemos dejando de pagar un servicio de TV por cable para darle otros usos a este presupuesto. Que suceda a esta escala habla de cuánto nos vamos globalizando en Costa Rica y cuánto queremos saber cuál es el contenido del que se habla a nivel mundial. Nos permite pensar y percibir el entorno audiovisual como el resto del mundo”.

De hecho, la mitad de los entrevistados ha considerado cancelar su suscripción de cable o televisión satelital para reemplazarla por servicios de streaming. Esta aseveración es más contundente en el grupo de 18 a 24 años: el 70% afirmó que ha considerado cancelar el servicio de cable o televisión satelital y solo quedarse con las plataformas.

Pero allí mismo hay una escala de grises. El consumo de streaming no ocurre con el mismo orden y rigor con el que se va a pagar la luz y el agua. El 30% de las personas

encuestadas no saben cuánto dinero gasta en el servicio y la mayoría lo desconoce porque alguien más es el que paga

(el 19% de la muestra alega desconocer el monto ya que “lo paga alguien más”).

“Es parte de los factores criollos que tiene este estudio. Habla mucho de cómo somos los ticos”, reflexiona Cambronero.

¿QUIÉN VA GANANDO?

El ejercicio es simple: pensemos en nuestra familia, en nuestros amigos y en nosotros. ¿Cuáles creemos que son las plataformas de streaming más utilizadas?

Quien escribe estas líneas cuenta con Netflix, HBO MAX y Mubi y, aunque los círculos cercanos son cámaras de ecos, es contundente que la primera plataforma es la que más suena entre gente conocida.

Netflix, siendo el “pionero” del streaming, tiene su camino bien cultivado: es el más visto. Seis de cada diez personas lo consumen. En popularidad, le sigue Disney Plus, la colosal y relativamente joven plataforma que tiene exclusividad de todo el material de Marvel, Disney, Star Wars, Pixar y Nat Geo.

Eso sí: pongamos este orden en perspectiva. Netflix, aunque fue creada en 1997, llegó a nuestra región en el 2011; por su parte, Disney Plus llegó a Latinoamérica apenas en noviembre del 2020. El dato habla por sí solo del acelerado crecimiento de la compañía del ratón en la batalla del streaming.

La lista de preferencia sigue con Amazon Prime Video, HBO Max (bastante sorpresivo encontrarlo en el cuarto puesto) y YouTube Premium. Para tener como referencia, Prime Video llegó a la región en diciembre del 2016; HBO arribó a los servicios en línea en junio del 2017 (primero como HBO Go y a partir del 2021 con su actual identidad) y YouTube Premium se activó para el mercado latino en mayo del 2018.

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