La Nacion Costa Rica

Ficha técnica

Tamaño de la muestra: 406 personas

Margen de error y nivel de confianza: +/-5% y 95% de confianza

Cobertura: nacional, con distribución proporcional entre provincias

Distribución por sexo: 51% mujeres y 49% hombres

Distribución por edad: 18 a 64 años

Técnica: encuesta online auto-aplicada

Fecha de realización: del 2021

Como es mi caso, muchos usuarios combinan plataforma para no quedarse con un solo catálogo. De hecho, más de la mitad de los usuarios está suscrito a varios servicios. El estudio detalla que 3 de cada 10 personas utilizan más de tres plataformas.

¿Cuál es la combinación favorita? Pues, naturalmente, las dos más usadas: Netflix y Disney Plus. Un 41% de las personas que tienen más de una plataforma se decide por este dúo de streaming.

Aunado, un dato curioso: el 6% de los entrevistados asegura tener cinco o más plataformas. Curiosamente, quienes afirmaron este criterio son principalmente vecinos de Heredia y de Cartago.

Para agregarle más particularidades a esta parte del reporte, también se desgrana cómo consume la gente joven en Costa Rica. Si bien Netflix siempre es el servicio rey, las plataformas Disney Plus, Amazon Prime Video y Apple TV son más populares en usuarios jóvenes (de 18 a 24 años) que en personas de mayor edad. En resumen: los más recientes servicios de contenido tienen más cabida entre las personas de menor edad.

Con tantas opciones, no es de extrañarse que el reporte revele que seis de cada diez ticos utilicen las plataformas todos los días.

Incluso, el 90% de los entrevistados entre 25 y 34 años consumen contenido más de dos veces a la semana.

“Hay una observación importante”, dice Cambronero, “y es que este estudio evidencia que los cambios de hábito suceden de forma más acelerada que nunca. Si nos devolvemos en la historia. disrupciones como la llegada de la televisión y el internet han tenido curvas de adopción mucho más extendidas en el tiempo; el streaming ha sido más rápido y estoy seguro que esto solo va a acelerarse más”, analiza.

COMPARTIR CUENTAS

Que tire la primera piedra el que no se ha aprovechado de una cuenta ajena.

Si bien, muchas plataformas lanzaron sus contenidos con la bandera del combate a la piratería, el compartir contraseñas se volvió una dinámica inevitable para facilitar el visionado de series y películas. En vez de descargar torrents o entrar en bahías de piratas virtuales, solo basta ser un buen samaritano y compartir el correo y contraseña con un pariente o amigo.

En marzo de este 2022, Netflix comenzó a restringir esta práctica en Latinoamérica (Costa Rica fue uno de los primeros mercados donde empezó dicho contro), pero aún así el mecanismo no es siempre eficaz y aún se puede sortear

los muros de pago que lanza la empresa. Aunado a esto, sus competidores no se han puesto tan quisquillosos con este tema.

En Costa Rica, esto ha sido más que aprovechado.

El 68% de los costarricenses afirma compartir su suscripción con otros,

22% solo utilizan cuentas prestadas.

que el

mientras

Naturalmente, por un tema de poder adquisitivo, entre menor es la edad, es más común que los usuarios compartan sus cuentas de acceso. De hecho, de las

202 personas que dijeron compartir su cuenta, el 61% tiene menos de 34 años. ¿Quiénes suelen ser los más beneficiados de esta práctica? Después de la familia, la pareja.

“El estudio refleja una realidad de la que hasta yo soy parte. Entre mis amigos pagamos todas las suscripciones. No sabemos bien quién paga quién, pero es inevitable sacarle provecho al compartir contraseñas”, dice entre risas Cambronero.

¿POR QUÉ FUNCIONA?

Las teorías son múltiples y no varían solo de región en región, sino también en edades. En el caso de los costarricenses, hay dos razones principales según se desgrana en el estudio: poder elegir el contenido que uno desea y no tener que ver comerciales, o sea, básicamente lo que la televisión convencional no ofrece.

Si queremos ponernos en

detalle, los jóvenes de 18 a 24 años priorizan el chance de hacer maratones de streaming por jornadas completas (además de compartir opiniones sobre lo que sus amigos ven), mientras que las personas mayores de 45 suelen preferir el servicio por la variedad de contenido, especialmente por las producciones originales que no encontrarán en su cablera.

Otro aspecto trascendental para que funcione el streaming es la portabilidad. Ya que se puede ver tele y películas en cualquier lugar, el 70% de los consumidores encuestados ven video en sus

celulares; el 59% lo hacen desde sus televisores. Además, el 31% lo hace desde una laptop.

Adicionalmente, cabe subrayar que 6% de los entrevistados no tienen televisión, pero consumen a través de sus celulares, laptops y tabletas.

Pero no podemos definir el éxito de un formato solo por la forma de consumo, sino también por sus contenidos. No es de extrañarse cuál sea el mayor motivo para pagar cada mes una suscripción: las series.

Las producciones episódicas, con esa capacidad de ser el insumo para maratones, son el elemento predilecto de

los consumidores (un 47% por encima de películas, documentales y animaciones).

Es algo más que obvio, donde Disney Plus toma mucha partida teniendo tremenda cantidad de producciones de su propia marca, así como de Marvel y Star Wars. Netflix y HBO Max, por tanto, han incurrido en crear sus propias producciones para asegurar que sus abonados se mantengan en su plataforma para siempre y crear esa misma fidelidad. Con Netflix, por ejemplo, el 52% de los usuarios prioriza el consumo de series.

De la mano con el consumo, podríamos pensar que la “ligereza” de muchas de las producciones presentes en esta plataforma sirven para que los usuarios hagan “otra cosa” mientras tienen el televisor o el celular encendido. En cifras: el 90% de costarricenses usa el streaming de forma simultánea con otras labores.

Lo principal es con la hora de comida (el 61% de las personas consume streaming mientras se alimenta), seguido de labores del hogar, usar redes sociales, chatear, trabajar, ejercitarse, movilizarse en transporte público y estudiar. Curiosa y peligrosamente, un 2% asegura ver streaming mientras maneja.

Al comparar entre géneros, las mujeres son quienes más combinan el consumo de plataformas con otras tareas o actividades en su día a día. Por ejemplo, un 69% de las mujeres acompañan las labores del hogar con su contenido favorito, mientras más hombres que mujeres lo complementan con trabajar (23%), ejercitarse (16%) y viajar en transporte público

“Este estudio evidencia que los cambios de hábito suceden de forma más acelerada que nunca. Si nos devolvemos en la historia, disrupciones como la llegada de la televisión y el internet han tenido curvas de adopción mucho más extendidas en el tiempo; el streaming

ha sido más rápido y estoy seguro que esto solo va a acelerarse más”.

Cristian Cambronero,

Director general de RIOT\TBWA

(19%).

¿Y LA TELE?

¿Tiene cabida la televisión tradicional en este escenario? La respuesta primaria sería que sí, aunque no por las razones que uno consideraría en primer lugar.

El reporte deja ver que 8 de cada 10 entrevistados consumen TV por cable o satelital; de estas personas, el 77% utilizan también las plataformas de streaming.

Para ser más específicos,

9 de cada 10 entrevistados tienen un televisor en su casa y el 83% de estas personas paga un servicio de cable o TV digital.

Ahora viene lo curioso:

33% de suscriptores paga el cable porque está incluido en el plan de internet,

lo cual es lo más lógico.

Por ejemplo, quien escribe estas líneas se suscribe a esta práctica, siendo la única consideración que los partidos de fútbol nacional no se encuentran disponibles en estas compañías y que, a nivel local, las ofertas al respecto salen en precio similares a tener el paquete completo. De hecho, 7% de los entrevistados dio este mismo criterio.

También, un 23% de la muestra dijo que paga este servicio porque otro miembro del hogar sí disfruta los contenidos de la tevé tradicional.

Eso sí: el reporte también habla que la mitad de los entrevistados ha considerado cancelar su suscripción de cable para reemplazarla, por completo, por solo servicios de streaming. Como es de esperarse, esta disposición está presente en los encuestados más jóvenes, de 18 a 34 años. De hecho, uno de cada diez jóvenes de 25 a 34 años ya ha dado este paso.

La conclusión es sencilla:

el consumo de plataformas de streaming es más adictivo y constante que en los servicios de televisión convencional. “Esta es una de las ideas que uno podría tener antes de comenzar el estudio y que se comprobó

con los resultados arrojados por las encuentas”, agrega Blanco.

¿QUÉ PENSAR?

Lo lógico por pensar es que no hay vuelta atrás, aunque esto no signifique que la

televisión abierta, por cable o satelital vaya a acabar súbitamente.

Una década, si bien suena a mucho tiempo, es apenas la infancia de un formato televisivo. Hay que considerar que no solo de televisión vive el

ser humano; está comprobado que, por ejemplo, la maquinaria de los videojuegos ha desplazado considerablemente este consumo. Por ejemplo, según los datos del informe de Streamlabs y Stram Hatchet, Twitch (empresa de streaming de videojuegos) finalizó el

2021 aglutinando el 70,5% de las horas de visualización de los videos globales, superando por completo a YouTube.

Las horas dedicadas para ver y jugar absorben mucho de las jornadas que se daban por sentado solo para ver películas (sea en el cine o en la casa) y series. El mercado es muy amplio, sistémico y voluble; las predicciones tienen poco sentido cuando se trata de darle forma a tantos números.

Lo que sí es un hecho es que, históricamente, es difícil igualar lo que estamos viviendo. “El reporte nos habla de cómo poco a poco pasamos de tener un entretenimiento local a ser consumidores de un mundo de entretenimiento global”, subraya Mónica Blanco.

“Ya no es raro tener una preferencia por contenido de Corea, de Rusia... Estamos siendo cada vez más expuesto a estilos de vida y culturas que dejan de ser ajenas y nos apropiamos de ellas. Cada día nos acercamos a una generación de personas que comparten más cosas a nivel global”, sentencia.

Sobre esta perspectiva, Cambronero también reflexiona que el trajín de la sociedad contemporánea ha potenciado estas conductas.

“Es que algo tan relativamente reciente como el consumo de música por medios digitales en reemplazo del físico fue algo que tomó más años en concretarse a nuestra realidad. Me parece que este cambio al streaming se ha producido a un ritmo más acelerado y tiene implicaciones enormes para la industria del entretenimiento, como lo hemos visto con tener estrenos de cine en salas y plataformas. Nos van a empezar a llover cambios impredecibles”, finaliza.

Tras tantos pensamientos, cabe decir, es que, en un mundo tan frenético como el que presenta el siglo XXI, sentirnos en control de qué vemos parece ser un confort al cual nos aferraremos de ahora en adelante.

PORTADA

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2022-08-14T07:00:00.0000000Z

2022-08-14T07:00:00.0000000Z

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