La Nacion Costa Rica

LA MÚSICA COMO MEDICINA

1700 médicos de 50 países integran la Orquesta Mundial de Doctores, que nació hace 15 años. Dos de esos músicos-galenos son costarricense y cuentan cómo se combina la medicina y el arte

FERNANDA MATARRITA CH. fernanda.matarrita@nacion.com

Antes de apasionarse por la medicina, el internista y sexólogo Eduardo Ruiz (que tanta aparición tiene en las revistas matutinas televisivas) tuvo un primer e intenso amor: la música. Y si bien se alejó de ella por su sueño de convertirse en doctor, no imaginó que varias décadas después le sería posible unir ambos mundos.

Jamás se le pasó por la mente llevar a la vez dos

carreras tan diferentes y demandantes. Se concentró en una y la vida le acercó a la otra. Hoy el doctor Ruiz es médico y también toca en una orquesta, una en la que tiene 1.700 compañeros que, como él, aman la música y se formaron como galenos.

En el 2014, el músico y médico tocó por primera vez con la Orquesta Mundial de Doctores (World Doctors Orchestra, WDO) y hoy es parte de este ensamble integrado por diferentes especialistas originarios de 50 países, principalmente de Norteamérica, Europa y Asia. Todos son profesionales que cuelgan la

bata blanca dos o tres veces al año por unos días y se marchan a algún rincón del mundo a ensayar, vestirse de gala y ofrecer un concierto de alto nivel. Cada uno se costea su boleto de avión y estadía. Lo que se recauda es destinado a alguna obra social.

El próximo 11 de febrero, a las 7 p. m. en el Teatro Nacional, la WDO se presentará por primera vez en Costa Rica, destino que tiene fascinados a los 85 doctores que vendrán a tocar y descubrir la naturaleza tica.

El costo de los boletos oscilan entre los ¢8.000 y ¢22.0000 y pueden adquirirse a través del sitio https://tickets.showare.cr/.

El concierto fue declarado de Interés Cultural por parte de la Presidencia de la República, aseguró el doctor Ruiz.

Él y el odontólogo Fabián Murillo, el otro integrante costarricense de la orquesta, recorrieron su historia y contaron cómo es la vida entre la música y la salud.

“LA MÚSICA HA FORMADO LO QUE SOY”

Eduardo Ruiz entró en el universo de la música cuando tenía seis años. Su primer amor fue el piano y durante mucho tiempo se mantuvo junto a él. Siendo adolescente se unió a la Orquesta Sinfónica Juvenil y allí descubrió un mundo nuevo: la percusión. Tocó un tiempo prolongado, sin embargo, llegó el momento de tomar el camino universitario.

“Cuando entré a la facultad de medicina entendí que no era posible seguir con la música. Si continuaba no haría bien ninguna de las dos (carreras)”, recuerda Ruiz, quien vivió la época dorada de la Sinfónica Juvenil. Quienes fueron sus compañeros son ahora los integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Por muchos años, el doctor Ruiz se mantuvo de lleno con la medicina hasta sacar su especialidad. Luego, una de sus hijas empezó con

clases de piano y cada vez que él le ayudaba regresaban los recuerdos de aquella relación con el instrumento. En 1998 retomó las teclas.

“Me dio la fiebre y empecé con mi profesora de piano: María Isabel Carvajal de la Universidad de Costa Rica”, recuerda.

Así se mantuvo por más de una década hasta que Bismarck Fernández, amigo suyo y el principal percusionista de la Sinfónica Nacional, le habló de la Orquesta de Médicos. Descubrir la agrupación emocionó a Ruiz, por ello se puso en contacto, les escribió su historia, aplicó y en el 2014

tocó por primera vez con ellos.

Asegura que ha sido una gran experiencia, sobre todo porque el gusto por la música no es algo que vive solo: su esposa María Lourdes Rivera y sus dos hijos también están vinculados. Ella, odontóloga, es también soprano; su hija toca piano (a veces padre e hija tocan a cuatro manos) y su hijo la flauta traversa. La familia incluso ha ofrecido recitales.

Con la Orquesta de Doctores, Ruiz ha tocado tanto piano como percusión y participado en siete recitales en diferentes ciudades del mundo, entre ellas Boston, donde interpretó El pájaro de fuego, de Igor Stravinski.

La experiencia ha sido gratificante. “Esto me devolvió aquella parte de mi pasión que quedó relegada. Salirme de la Sinfónica fue doloroso pese a que quería estudiar medicina. Adoraba la experiencia orquestal. Volver a contar con esto, tocar con ellos es una sonrisa que ilumina toda mi alma. Disfruto cada momento y etapa, incluso los nervios previos. Cuando veo videos de las presentaciones no me lo puedo creer: ¡de veras somos nosotros!”.

“Hay norteamericanos, europeos, japoneses, australianos

y es muy bonito. Sentirme en medio de todos ellos es algo que disfruto muchísimo. A veces me cuesta creer que Dios me dio la oportunidad”, comentó el doctor, quien junto a su esposa organizó la presentación en el Teatro Nacional y coordinaron toda la logística.

Al país llegarán músicos y médicos originarios de Alemania, Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Holanda, Francia, Irlanda, Suiza, Japón, Nueva Zelanda, Israel, Noruega y México. Ellos serán los encargados del concierto de gala en el Teatro Nacional.

De la orquesta, además, el internista resalta al director, que a su vez es el fundador. Se trata del cardiólogo alemán Stefan Willich. El originario de Berlín tiene una historia como la de casi todos sus compañeros: estudió música siendo niño y adolescente, luego entró a medicina, sacó sus especialidades y más tarde cursó dirección orquestal.

“Me impresiona mucho. Es el tipo de persona que es una autoridad por su conocimiento. Con solo que diga algo la orquesta le hace caso porque siempre es acertado”.

La organización es clave para esta orquesta. Como la gran mayoría de doctores músicos que viajan no pueden ensayar juntos previamente por la distancia, cada uno recibe las partituras y se

prepara individualmente. Posteriormente, llegan con una semana de anticipación al país en el que se presentarán y allí practican juntos.

Al juntarse ensayan cada día desde las 9 a. m., hasta las 6 p. m.

Cada concierto y su preparación previa podría verse cómo unas vacaciones musicales. “Todos trabajamos en medicina a tiempo completo. No vivimos de la música. Esto lo hacemos por pura pasión, o como decimos nosotros los ticos: por fiebre. Aprovechamos nuestro gusto musical y lo unimos con la responsabilidad médica social, por eso es que los fondos obtenidos tras los conciertos se destinan a alguna institución que trabaje con fines médicos”.

El doctor Ruiz se dedica, igualmente, a la medicina, sin embargo, siempre encuentra el espacio para encontrarse con la música “robándole” pedacitos a las noches, madrugadas o fines de semana. Claro, siempre priorizando compartir con su familia

En días recientes la concentración ha sido mayor, pues el concierto es más que especial al realizarse en su país. Él tocará como percusionista junto a la orquesta, la cual interpretará las obras de Antônio Carlos Gomes, Aaron Copland, Artie Shaw y Gustav Holst. Cómo invitado especial participará el clarinetista Gabriel Campos Zamora.

Ruiz promete que la orquesta tocará con mucha pasión y que los asistentes disfrutarán de un show de gran calidad y a la vez, apoyarán una obra social. Este año, la fundación beneficiada es Robrealto, que tiene como fin velar por la niñez que se encuentra en vulnerabilidad social.

El doctor se siente realizado. Tocará de nuevo con la orquesta y pondrá en alto sus dos amores: la música y la medicina, carreras distintas pero emocionantes que le cambiaron la vida.

“Haber estudiado música es parte de mi sensibilidad y mi formación, ha formado parte de lo que soy como médico

y persona”, agregó Ruiz, de 58 años, el médico que al menos una vez al año cuelga la bata para vestirse de gala y tocar en una orquesta rodeado de colegas que salvan vidas con la música y la medicina.

ODONTÓLOGO QUE VIVE POR LA MÚSICA

Fabián Murillo Gómez desde los cuatro años empezó con el estudio de lo que se convirtió en parte esencial de sus días. Su mamá lo matriculó en clases de piano.

“Así empezó mi vida musical: con el piano”, cuenta el odontólogo.

A sus tempranos ocho, su madre lo llevó a hacer una prueba al programa Juvenil de la Orquesta Sinfónica Nacional, hoy Instituto de la

Música. Todo salió bien y allí descubrió los instrumentos de percusión. “Como don Eduardo”, dice en alusión al doctor Ruiz, de quien es compañero en la Orquesta Mundial de Doctores.

Fabián estaba muy cómodo con los instrumentos que tocaba, hasta que un accidente lo cambió todo: tuvo una lesión en su mano izquierda y perdió “reflejos importantes”.

Pero el percance no lo alejó de la música, sino que le acercó a un nuevo instrumento: el corno francés. Lo toca desde los 12 años.

El músico hizo el programa básico con la orquesta, sin embargo, llegó el momento en el que debía ir a la universidad. Entró a la UCR a estudiar odontología y llevar ambas

carreras era difícil, así que dejó de lado el estudio teórico de la música.

En el Centro Nacional de la Música es posible llevar un preuniversitario y al concluirlo continuar la preparación en la UNED y así obtener el Bachillerato en música. Murillo lo pospuso para concentrarse en los bloques completos de su carrera en odontología.

Eso sí, nunca se separó de su instrumento.

Pasaron varios años para retomar el estudio de la música: antes se graduó como licenciado, se especializó en el extranjero, donde sacó una maestría y un doctorado, pero nunca desistió de su primer amor. Así que apenas pudo, obtuvo el bachillerato en música gracias al convenio del

Centro Nacional de la Música con la UNED.

“Se me atrasó el estudio de música, pero lo terminé”, cuenta orgulloso.

Esa satisfacción se intensifica ahora que, además de ejercer odontología, es parte de la Orquesta Mundial de Doctores. Un colega le comentó en el 2010 de esta agrupación que en ese momento tenía dos años de existencia. Tiempo después revisó un formulario en el que decía que uno de los requisitos era ser graduado en ciencias de la salud y músico.

Ese año terminó su carrera en odontología y de la orquesta le dijeron que aceptaban profesionales como él. Inició el contacto y en el 2011 cuando anunciaron las giras del año siguiente, el doctor Murillo envió su currículum y un video tocando: fue aceptado. En el 2012 fue la primera vez que se presentó con ellos en Berlín.

Ahora que la orquesta de profesionales en salud se presentará en Costa Rica, Fabián Murillo tocará por novena vez con el ensamble.

“Es muy importante porque uno cree al inicio que está como solo, es muy extraño porque inicialmente no se relacionan las ciencias de la salud con la música. Arte y ciencia como que no. Lo cierto es que hay un montón de gente que tiene habilidades en estas áreas y la misma pasión. Para mí fue increíble que existiera un grupo así”, comenta el músico, quien además es parte de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Costa Rica y la de Heredia.

El doctor Fabián Murillo celebra las presentaciones que la Orquesta Mundial de Doctores ofrecerá en Costa Rica. Esta es la segunda vez que tocan en Latinoamérica; la primera fue en Chile en el 2014.

“Todos están muy contentos de venir a Costa Rica”, agraga el doctor Ruiz, quien no ha dejado de practicar con su corno francés, instrumento tan querido como todos los utensilios y artefactos que utiliza cada día para velar por la salud bucal de las personas.

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