La Nacion Costa Rica

VID (Very Important Dog)

Servicios como aromaterapia, piscina y masajes son parte del trato VID (Very Important Dog) que reciben los clientes de cuatro patas de un exclusivo hotel perruno de Lindora

FERNANDA MATARRITA CH. fernanda.matarrita@nacion.com

Servicios como aromaterapia, piscina y masajes son parte del trato de lujo que reciben los clientes de cuatro patas de un exclusivo hotel perruno.

Una enorme pizarra blanca tiene varias indicaciones de importancia, entre ellas, que Mila no puede recibir, por nada del mundo, masajes en la cadera. Por ello, en la noche, en su momento de spa, a la huésped le masajean otras partes del cuerpo, como el lomo y las patitas.

Mila es huésped habitual de un hotel para perros que es considerado de lujo por todas las amenidades de las que disfrutan los peludos: masajes, aromaterapia, ambiente musicalizado, room service (servicio de comida a la habitación), cámaras 24/7, proyección de caricaturas y lectura de cuentos, entre otros.

Esta samoyedo estaba hospedada por varios días en el hotel. “Sus papás”, cómo se refieren las pet sitters (niñeras de mascotas) a los propietarios, la dejaron en una royal suite, la habitación más especial del hotel y que es ideal para clientes VID (Very Important Dog).

Este aposento incluye un sofá, una cama grande, televisión, la realización de masajes, la lectura de un cuento y el cuidado diario que además de alimentación, directo en su recamara, toma en cuenta las peticiones de cada dueño para que la mascota tenga

sus tiempos de reposo. Si el huésped permanece por más de cinco noches, también le incluyen un baño.

Mila luce esponjosa e impecable. Su pelo blanco inmaculado es evidencia de los buenos cuidados que recibe. Un miércoles por la tarde entró del patio de juegos (dividido en espacios para perros grandes y otros pequeños) y posó para una de las fotos que acompañan este reportaje.

En el lugar también hay guardería, así que mientras los propietarios pasean, trabajan o atienden otras responsabilidades, sus perritos están siendo cuidados. Los dueños reciben constantemente mensajes de las niñeras, quienes informan si los canes comieron, están jugando o sencillamente están en su tiempo de reposo.

UN GUSTO ATENDERLES

Daniela Montes de Oca es una de las pet sitters que trabajan en Dogmático, un hotel de lujo para perros ubicado en Lindora, Santa Ana.

La niñera de mascotas cuenta con un año y siete meses de experiencia cuidando perritos. Para ser una cuidadora cada vez más integral, ella se ha formado en primeros auxilios veterinarios y en peluquería canina (grooming).

“Mi amor por los animales hace que esto sea más que un trabajo”, comentó la joven, quien alimenta a los perritos, les da masajes, les lee cuentos, juega con ellos y los chinea.

La experiencia del hotel es de principio a fin. Los huéspedes peludos hacen check in (a las 7 a. m.) y check out (entre 7 a. m. y 5 p. m. del día siguiente, esto en caso de que se hospeden solamente por una noche) y además cuentan con servicio a la habitación.

Daniela camina empujan

El hotel cuenta con diferentes reglas de admisión, entre ellas vacunas al día, desparasitaciones, que los perros estén castrados y deben pasar por una valoración con un adiestrador

do un carrito en el que lleva servidas tazas de comida para cada huésped del hotel o de la guardería. Los peludos tienen diferentes horas de comer y es el turno de Mila, una dulce Labradoodle que después de su almuerzo reposará en la habitación.

En este hotel hay cuatro tipo de habitaciones con diferentes amenidades (aquí no existen las jaulas), algunas tienen cámara fija las 24 horas, otras cuentan con vista al jardín (Garden View) y está la royal suite en la que los canes tienen masaje, televisión, cuentos, entre otros. Los precios por noche van desde los ¢13.500 y pueden ascender hasta los ¢37.800 (más impuestos en ambos casos).

Los cuartos tienen además luces especiales para que cuando se apague la iluminación general los caninos igualmente tengan claridad en su cuarto. Ellos son monitoreados durante la noche por los cuidadores y duermen con música relajante y aromaterapia.

Muchas de estas amenidades, además de consentir, tienen el propósito de hacer sentir a los animales en un ambiente familiar: como si estuvieran en casa.

COMO EN CASA

En otra de las habitaciones Coco estaba reposando tal y como sus dueños habían solicitado. Hay animalitos que, si por ellos fuera, no se detendrían en todo el día: por ello se les agendan espacios de descanso o hasta siesta, si es que el perro se duerme.

Coco es uno de los perritos del futbolista Celso Borges. En esta oportunidad estaba hospedado junto a su hermanita Nelly. Los perritos, más su otro hermano llamado

Tico, son clientes frecuentes gracias a una alianza entre el hotel y el seleccionado nacional.

En tiempos en los que las mascotas han asumido un rol más protagonista en las familias del mundo y de Costa Rica. Celso es una de las figuras conocidas del país que busca que sus mascotas estén lo mejor posible.

“Tranquilidad, con esa palabra resumo mi experiencia en Dogmático. Mi esposa y yo nos sentimos muy tranquilos de dejar a los perros en un lugar muy sano, donde se entretienen muchísimo, donde juegan, donde los tratan muy bien y, sobre todo, donde la gente a cargo de los perritos es muy sensible. Los tratan como si fueran parte de su familia. Se siente como estar dentro de una familia, dejarlos ahí por la tranquilidad y amor que les dan”, comentó el centrocampista alajuelense.

Coco y Nelly no son los únicos perritos con un papá “famoso” que llegan ahí. Si bien durante la visita que hicimos los perritos de la Miss Costa Rica 2013, Fabiana Granados, no estaban, ellos son fieles usuarios del lugar.

La reina de belleza también se refirió a lo que para ella representa dejar a sus “perrihijos” en un lugar donde son muy cuidados.

“Para mí es la segunda casa de mis mascotas o como decimos ‘nuestros hijos perrunos’. Para los que entienden de ese amor incondicional, sabrán que nuestra tristeza es cuando los tenemos que dejar en distintas ocasiones, pero este hotel me quitó por completo esta tristeza y preocupación. Me siento tan tranquila cuando están ahí, porque sé que los cuidan, los entretienen y sobre todo les dan mucho amor”, dijo Granados.

Además de poder monitorear a sus perros a través de una aplicación que le muestra las cámaras del lugar, para Fabiana es un alivio ver la

reacción de los peludos cada vez que los lleva al hotel: “se sienten a gusto y felices”, dice.

La recepcionista Pamela Leitón, quien maneja todos los detalles del lugar y nos acompañó durante este recorrido, comentó que justamente es muy agradable y satisfactorio ver la alegría de las decenas de perritos que reciben cada día, ya sea para el hotel o el day care (la guardería).

Como se mencionó antes, en el campo de juegos los perros están divididos en dos grupos: pequeños y grandes… muy grandes.

En el espacio de los grandes es dónde está la piscina y por allí se ve uno que otro pequeño que disfruta estar cerca del agua. De lejos se mira cómo alguien les hace burbujas tornasol y los más juguetones saltan para atraparlas.

En el área verde hay un tipo de play en el que los perritos pueden divertirse sin parar.

Labradores, Doberman, Mila la samoyedo, Duque un inmenso, impresionante (y sobre todo tierno) Goldendoodle, sobresalen en el patio de juegos. Todos son lindos y muy especiales, aunque uno de los presentes se roba el show…

Su nombre es Peter, un golden retriever que constantemente se lanza a la piscina. Es simpático, cariñoso y muy juguetón. Aprovecha a los amigos humanos para pedir que arrojen su juguete de color naranja al agua para lanzarse, sumergirse y atraparlo. Así pude pasar horas.

Este joven peludo asiste a la guardería. Usualmente el precio del día de servicio es de ¢11.000, sin embargo, cómo él es fan de la piscina, paga ¢13.000, pues requiere secado. Hay peludos que asisten solamente medio día y algunos a los que les pagan incluso mensualidades.

En este lugar las colitas de felicidad no paran de moverse y las sonrisas de los humanos no cesan.

LA IDEA

La idea de un hotel de lujo (que cuenta con su propia veterinaria) para perros nació de Pedro Quelhas (el fundador). Él y su esposa viajaban mucho y pensaban en el cuidado de sus perros Porto y Faro, a quienes ven como sus hijos.

“No somos y no queremos ser un negocio para hospedar perros. Somos un verdadero hotel de lujo para miembros de la familia, donde seguimos con dedicación la frase que recibe en el lobby del hotel a todos nuestros huéspedes: If I trust you with my dog, I trust you with muy life (Si te confío mi perro, te confío mi vida)”, aseguró el fundador de Dogmático.

Nota: Ninguno de los huéspedes de este hotel se llama Firulais. Este es el nombre que hemos utilizado para una serie de artículos relacionados con guarderías, fiestas de cumpleaños y hasta velas de perritos. Todos los puede leer en Nacion.com

EN ESTA EDICIÓN

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2023-06-04T07:00:00.0000000Z

2023-06-04T07:00:00.0000000Z

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