La Nacion Costa Rica

‘Nos esperan tres años en que los ciudadanos no tendremos garantías’

‘desde el sábado, en el salvador quedamos en manos de la voluntad de una persona’, sostiene

Ximena Alfaro M. ximena.alfaro@nacion.com

La nueva Asamblea Legislativa de El Salvador, controlada por el presidente, Nayib Bukele, asestó un golpe al Poder Judicial en su primera sesión al destituir a los magistrados titulares y suplentes de la Sala Constitucional y al fiscal general de la República.

Carlos Dada, director y fundador del diario digital El Faro, considera que a partir del pasado sábado, su país entró en una nueva fase en la que el poder se concentra en manos de una sola persona, al tiempo que los ciudadanos se quedaron sin garantías.

El siguiente es un extracto de la entrevista cedida por el periodista a La Nación.

––¿Cómo llega la nueva Asamblea Legislativa de El Salvador a tener la potestad de destituir a los magistrados de la Sala Constitucional y al fiscal general?

—Nayib Bukele es un fenómeno político, sin duda alguna, entre otras cosas, consecuencia de su habilidad sin paralelos en América Latina para el mercadeo político, para conectar, sobre todo, con nuevas generaciones y para el uso de redes sociales.

”Los dos partidos que gobernaron el país en años anteriores demostraron una gran habilidad para la corrupción. Nayib Bukele supo rentabilizar muy bien el hartazgo de la gente con los dos grandes partidos y se colocó en una posición inédita en el país, en un liderazgo que, además, ya no tiene oposición política”.

––Estas decisiones impulsadas por Nayib Bukele ya se esperaban, ¿Les sorprendió que se concretaran el mismo día que se instaló el nuevo Congreso?

—Sí, por supuesto. Nosotros estábamos claros que a fin de este año terminaba el periodo del fiscal general de la República y a esta Asamblea le correspondía nombrar a otro. Los magistrados de la Sala de lo Constitucional tenían todavía varios años. Esperábamos que estos cambios se fueran dando más esparcidos en el tiempo, pero no perdieron ni siquiera un día.

”Todo este proceso, que normalmente toma semanas o meses, fue obviado y en cinco minutos votaron por los nuevos magistrados. Posteriormente, pasaron a la destitución del fiscal general de la República y ahí mismo nombraron a otro fiscal general de la República. Esto, es básicamente un golpe técnico al Poder Judicial y nos deja a todos los ciudadanos sin garantías”.

––¿Qué representan estas decisiones para el Estado de derecho de El Salvador?

—Ha pasado algo muy grave después. Ante todas las acusaciones de procesos viciados e inconstitucionales de lo que pasó el sábado, lo que ha seguido son cartas de renuncia de los anteriores magistrados de la Sala de lo Constitucional y del fiscal general de la República destituido por el Congreso. En estas cartas de renuncia, todos dicen que es por la seguridad de sus familias.

“Hemos asistido ya al desmantelamiento de la democracia en El Salvador”.

––¿Cómo podría afectar o cambiar la relación de El Salvador con EE. UU., incluso ahora, en medio de la crisis migratoria que se está dando también en la frontera? —Bukele también está jugando con el dolor de cabeza que es para la administración Biden la emigración masiva de centroamericanos que tiene su frontera sur.

”Es, hoy por hoy, el principal problema de política interna de la administración Biden, y Nayib Bukele lo sabe.

”Sabe que sanciones extremas o de aislamiento contra El Salvador lo que provocarán será una inmigración masiva de salvadoreños hacia Estados Unidos y sabe que Biden no quiere eso y, por tanto, está un poco jugando con esta cintura que le da el saber que no pueden dejar caer a El Salvador, porque esto provocará una inmigración masiva”.

––¿La reacción internacional podría calar o generar un retroceso en alguna de las medidas de Bukele?

—Él mismo emitió una comunicación el sábado, vía Twitter, en que le decía a la comunidad internacional ‘queremos hacer negocios con ustedes, queremos que vengan a invertir, queremos que vengan a conocer nuestro país. Pero ahora mismo’, dijo el presidente Bukele, ‘estamos limpiando la casa y eso no es de su incumbencia’.

”Un mensaje clarísimo de que no se metan. Por tanto no, esto no está calando”.

––¿Por qué el presidente mantiene una popularidad tan alta pese a su línea autoritaria? —Si viene un presidente que diga que hay que eliminar del mapa político a los mismos de siempre, eso entusiasma mucho a la gente, porque se sienten, con toda la razón, creo yo, traicionados por dos partidos que, durante sus tiempos en el gobierno, lo que hicieron fue ejercer una corrupción sin paralelos en la historia salvadoreña.

”A todo esto hay que agregar su comunicación muy efectiva y la deslegitimación de todo aquel que es crítico. Entonces, Bukele ha sabido muy bien presentar como enemigo del pueblo a toda voz disidente o toda voz en su contra. Eso fue lo que hizo también con los magistrados de la Sala de lo Constitucional y hay mucha gente que aplaude que, por fin, quitaron a esos ‘corruptos’ del frente”.

––¿Cómo ve los años que faltan de la administración Bukele?

—Va a ser un tiempo muy complicado, porque no es alguien que piense en retroceder. La destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional tiene anuncios claros de la posibilidad de llevar a cabo acciones como las que ya pasaron en Honduras y Nicaragua, de salas de magistrados de lo constitucional que han llegado al extremo absurdo, surrealista, de declarar inconstitucional la Constitución para permitir la reelección del mandatario.

”No solo no sería nada extraño, sino que está ya anunciado que eso es lo que va a pasar y nos esperan tres años en que los ciudadanos no tendremos garantías. Ya no hay resistencias institucionales, que todo el Poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo están tomados por el mismo grupo de poder y que en El Salvador, a partir del sábado quedamos en manos de la voluntad de una persona”.

––¿Cuál es el retrato actual de Centroamérica?

—Tenemos un momento crítico en toda la región. (...) En Honduras, evidentemente hay un narcoestado, donde tampoco hay visos de que la situación vaya a mejorar. En Guatemala, el deterioro meteórico a partir de la expulsión de la Cicig, de la comisión contra la corrupción, lo que ha hecho es volver a otorgar un poder tremendo a algunas de las fuerzas más oscuras de ese país y en El Salvador está pasando lo que está pasando.

EL MUNDO

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2021-05-07T07:00:00.0000000Z

2021-05-07T07:00:00.0000000Z

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