Nueva Miss Universo levanta la voz por las mujeres

La mexicana Andrea Meza, de 26 años, se coronó como la mujer más bella del orbe este domingo. Esta ingeniera en software es una activista en pro de la erradicación de la violencia de género

En 2020 México declaró que su país, además de enfrentarse a la covid-19, tuvo frente a sus ojos otra pandemia: la violencia contra mujeres y niñas. Datos oficiales informaron que, a finales de ese año, en el país azteca se registraron unas 10 muertes violentas que cada día.

La BBC citó que entre feminicidios y homicidios dolosos, en México, el 2020 registró 3.723 muertes violentas de mujeres, número similar al del 2019. De esos casos solamente la tercera parte (900), fueron tipificados como feminicidios. Por eso, incesantemente, en el país de los mariachis y las catrinas hay una voz que se eleva para que se detenga la violencia de género.

Esa voz, desde el domingo 16 de mayo, se amplificó: Andrea Meza, una reina de belleza feminista, es la nueva Miss Universo y ahora habrá quienes pongan más atención a sus mensajes.

Andrea Meza, más allá de ser la mujer más bella del Universo, es una defensora de los derechos de las mujeres. Reina feminista.

Andrea Meza, originaria de Chihuahua, México, tiene 26 años y obtuvo una licenciatura en Ingeniería en Software. En su Instagram, que tras unas horas de ser coronada triplicó sus seguidores, además de compartir su labor como Miss México y sus etapas como modelo, también está lleno de mensajes que promueven su activismo feminista.

Más de 1.2 millones de personas la siguen en la popular red social, por lo que ahora su lucha resonará más fuerte.

El 31 de marzo escribió uno de sus mensajes más contundentes.

“El día de ayer me encontraba en Ciudad de México realizando grabaciones para Miss Universo y paseando por la ciudad me encontré con estas paredes. Me conmocionó porque hace tres semanas estábamos exigiendo justicia y buscando que las cifras de feminicidios disminuyeran, como año tras año. Sin embargo, la cifras no solo se mantienen si no que van en aumento. ¡TRISTEZA TOTAL! Este es un recordatorio de que la lucha es diaria. No es posible que aún estos crímenes queden impunes”.

Andrea continuó: “Pero el trabajo para conseguir una sociedad mejor no solo recae en las autoridades. Nos toca a cada uno de nosotros analizarnos y notar las actitudes que agreden a los demás. Buscar eliminar la misoginia y sexismo de nuestras creencias para poder relacionarnos mejor con los demás mientras fortalecemos nuestra salud mental para poder distinguir los abusos que se nos presentan diario y ser lo suficientemente valientes y fuertes para hacer algo al respecto. Una sola persona sí hace la diferencia en el mundo, atrévete conmigo a ser esa persona que puede cambiarlo todo. Menos mujeres víctimas, más mujeres líderes. #feminista”.

Andrea, además, ha compartido mensajes relacionados con ponerle fin al acoso callejero. A modo educativo, le cuenta a sus seguidores el valor y urgencia de la igualdad de género.

La reina universal está clara con sus objetivos, y en declaraciones a medios internacionales, tras su coronación, dijo que usará su plataforma para luchar contra la violencia de género, un tema que sabe “incómoda a mucha gente”.

Sin embargo, el trabajo de Andrea no se queda solo en sus mensajes de redes sociales. Ella ha colaborado con el Instituto de la Mujer del estado de Chihuahua y es parte de asociaciones que recaudan fondos en India, China e Indonesia, para las poblaciones más vulnerables, dice la revista ¡Hola!

La activista también vela por los derechos de los animales y es vegana, lo que significa que no consume ningún producto de origen animal. Destacada.

“¡Viva México!”, con esas palabras se anunció que Andrea Meza ganó Miss Universo. En el público que la ovacionó no se encontraba su madre, quien no viajó pues fue operada de un tumor cerebral.

“Nunca pensé que era capaz de hacerlo”, dijo en conferencia de prensa luego del concurso, replica LA Times.

Tan solo minutos antes no podía disimular la inmensa y sorprendente alegría: es Miss Universo y sus dos manos sobre su rostro reflejaban una emoción que no podía contener.

Andrea, de 1.80 m, fue una adolescente cohibida. Aunque ahora nadie lo diría, siempre se sintió excluida de sus compañeros de secundaria.

“Entre los 12 y los 16 años no me sentía para nada atractiva. Tenía dificultades para convivir con mis compañeros en la escuela. Le tenía demasiado miedo al qué dirán”, dijo a LA Times semanas atrás.

Al ser una niña y adolescente tan alta, muchas veces la ropa le quedaba corta y eso la hacía sentir insegura. Sin embargo, un día interiorizó que su poder y valor estaba por encima de una apariencia y de la opinión de otros.

En la gala de Miss Universo, precisamente, terminó de convencer al jurado evocando sus experiencias personales. En una de sus alocuciones, cuando solo quedaban 5 chicas jugándose la corona, recordó cómo logró romper cadenas, sentirse segura de sí misma y recalcó que su misión es convertirse en inspiración de muchas personas que luchan contra los estereotipos sociales.

“Vivimos en una sociedad que cada vez está más avanzada y así como hemos avanzado como sociedad también hemos avanzado en los estereotipos. Hoy en día la belleza no solamente radica en cómo nos vemos, para mí la belleza radica en el alma, en el espíritu y los valores. No permitan nunca que alguien les diga que no tienen valor”, enfatizó.

Andrea fue la ganadora entre 74 mujeres, que además de belleza física, demostraron al mundo su inteligencia e interés por apoyar y visibilizar situaciones que afectan los derechos humanos. Ella fue la triunfadora en una final prácticamente latina, tal y como lo previeron los expertos.

Las otras cuatro finalistas fueron Adline Castelino, Miss India (la única fuera de la región), Julia Gama, Miss Brasil, Kimberly Jiménez, Miss República Dominicana y Janick Maceta, Miss Perú.

Las representantes de Perú y Brasil resultaron como la segunda y primera finalista.

Andrea Meza se convirtió en la tercera mexicana en ser Miss Universo. Lupita Jones y Ximena Navarrete, ganaron el certamen en 1991 y en 2010, respectivamente.