La Nacion Costa Rica

Los jóvenes alzan la voz y exigen acción a los políticos

Ilka Treminio José Vicente Troya

Costa Rica tendrá un proceso electoral caracterizado por la capacidad de influencia de los jóvenes, pues representan 4 de cada 10 potenciales votantes en el 2022. Si participan de forma contundente en las próximas elecciones, su voto será determinante para elegir a las personas y la ruta de los próximos cuatro años.

Para ellos, son desafíos centrales la inclusión social, la igualdad de oportunidades y soluciones multidimensionales e interseccionales con vistas a generar oportunidades y mejorar su calidad de vida desde una perspectiva de diversidad.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el marco del proyecto “Construyendo una ruta común hacia el 2030”, realizó en conjunto con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) una investigación sobre cultura política de los jóvenes frente al proceso electoral y recogió las principales preocupaciones de esta población y propuestas de acción. Determinó, además, una serie de brechas etarias, socioeconómicas, territoriales y de género.

Según datos de la encuesta nacional de cambio climático de este año, 6 de cada 10 jóvenes están muy preocupados por el calentamiento global y el 85 % considera que se puede afrontar si las personas deciden cambiar su comportamiento.

La investigación desveló otros aspectos que les provocan inquietud, entre los que cabe destacar la necesidad de una educación de calidad que les permita reducir la vulnerabilidad a la que se ven expuestos, especialmente, en el ámbito laboral, las dificultades para la generación del autoempleo y, como consecuencia, un menor acceso a la seguridad social.

De la encuesta se desprende también que casi la mitad de la población joven en condición de pobreza está fuera del sistema educativo formal y no tiene empleo.

Asimismo, la desigualdad de género surge con fuerza entre sus preocupaciones y reconocen un recargo de tareas de cuidado sobre las mujeres jóvenes, con serias implicaciones para el desarrollo personal, el de sus familias y sus comunidades. En el 2020, un 49% de las mujeres de entre 18 y 35 años estaban fuera de la fuerza de trabajo, lo que representa el doble en comparación con los hombres.

Los jóvenes alzan la voz para que se escuche que les inquieta un mercado que exige experiencia, pero no brinda espacios para adquirirla, las limitaciones para mantenerse en el sistema educativo, los obstáculos para emprender e innovar, las dificultades de acceso a financiamiento, la informalidad y la ausencia de aseguramiento social, entre otros. Pero, asimismo, plantean propuestas para la agenda política, en busca de garantizar una mayor y real participación en el proceso electoral. En el 2020, de acuerdo con la encuesta de hogares, un tercio de los jóvenes fuera de la condición de pobreza laboraba

Las nuevas generaciones están preocupadas por el cambio climático, la educación, el desempleo y la falta de oportunidades

en la informalidad.

Sus preocupaciones coinciden con los retos que enfrenta la política nacional, agudizados por una elevada polarización social, el auge de autoritarismos en la región, el peligro del debilitamiento de las instituciones democráticas y un debate político afectado por la circulación de información falsa que muestra la urgencia de información basada en evidencia para la toma de decisiones, la construcción de políticas públicas y la eliminación de discursos de odio y la violencia política, que pueden socavar el sistema democrático y el Estado de derecho.

Las soluciones comienzan por reconocer la diversidad de problemas y la especificidad de necesidades. La población joven es heterogénea y desde esta diversidad deben reconocerse sus inquietudes y plantear soluciones con un análisis multidimensional e interseccional para mejorar el acceso a educación de calidad, empleo o autoempleo, tránsito justo a la formalización y seguridad social considerando soluciones integrales y basadas en la naturaleza.

Se deben proponer políticas públicas y estrategias de atención desde lo local, y reconocer las brechas de género y el análisis interseccional para visibilizar cómo los problemas afectan de manera distinta a hombres y mujeres y a los diferentes grupos y poblaciones.

Los jóvenes requieren apertura y promoción de espacios de interlocución y participación en todas las esferas posibles, de manera que sus voces tengan eco en el debate político actual si queremos construir una cultura que preserve el diálogo democrático y la construcción colectiva de acuerdos a largo plazo.

Es fundamental conservar y mejorar la calidad de vida en sintonía con el desarrollo humano, siguiendo una ruta inclusiva, resiliente, abierta, participativa y propositiva, que coadyuve a una transformación institucional basada en la innovación y la responsabilidad colectivas en un mundo y una sociedad necesitados de acciones sostenibles y de género transformadoras.

Es un momento significativo para que los jóvenes tomen la palabra e incidan en el próximo proceso electoral con un voto que será decisivo para la elección y la construcción de una agenda política. Este ejercicio político debe basarse en un debate informado e inclusivo, que se dirija a la construcción de una ruta común de libertad, igualdad y prosperidad para todos.

SOBRE LOS AUTORES: ilka Treminio es directora de Flacso costa rica y José Vicente Troya es representante residente del PNUd.

FORO

es-cr

2021-12-01T08:00:00.0000000Z

2021-12-01T08:00:00.0000000Z

https://lanacioncostarica.pressreader.com/article/281994675769719

Grupo Nacion