La Nacion Costa Rica

La sociedad vista por un censista

Pablo Alvarado Campos esTudIANTe jpac15@hotmail.com

Este es el punto de vista de un simple censista que trabajó para el INEC durante solo 21 días, lo que duró el censo nacional 2022, y su perspectiva de la sociedad costarricense con base en un pequeño sector que me fue asignado.

Topé con problemas del INEC y rechazo y desinformación de la sociedad durante el proceso.

Todo comenzó hace dos semanas, antes del banderazo para el censo, en mi lucha por hallar un trabajo y, a la vez, tratar de pagar mi carrera universitaria. Mi hermano me envió un enlace por medio de WhatsApp para informarme de que el INEC necesitaba censistas con una paga y en lugares cercanos a donde uno habita.

Cuando leí la noticia, me pareció interesante y que era una forma de ganar dinero y hacer una labor patriótica. Luego de inscribirme en la página, fui entrenado a fin de efectuar el censo de la mejor manera. Esperé el llamamiento durante una semana.

Se podría decir que la labor comenzó con problemas, pues muchas personas no fueron informadas de su promedio para formar parte de la capacitación (yo incluido); además, hubo discrepancia acerca de los salarios, porque decían un monto y confirmaban otro. Varias personas desistieron debido a que no le dieron importancia o por falta de tiempo.

De casa en casa.

Aun así, seguí adelante. En el primer día de la capacitación, nos dieron el equipo necesario para el censo, pero hubo problemas con los lapiceros que, aunque nuevos, nunca sirvieron, el app para el censo en los teléfonos nuevos presentaba problemas de ajustes e ingreso.

En mi caso, el día que comenzó el censo no pude ingresar al app. Sin saber quién era mi supervisor o región asignada, después de día y medio logré entrar a la aplicación para empezar a trabajar en mi zona, con muchas ganas y nervioso de estar tocando de casa en casa.

Los primeros días, a mi parecer, comenzaron muy bien, pero después de la primera semana empezaron los típicos problemas que padecen los censistas, como rechazos, mentiras, excusas pobres, burlas, indiferencia, arrebatos de cólera, desconfianza y “enjaches”; inclusive molestia de mis propios vecinos, quienes adujeron que ya estaban censados —sin un sticker en las puertas o una boleta de auto-censo—, por el simple hecho de vestir el chaleco del INEC.

Después, se sumaron los problemas de pago. Mientras tanto, esto me hacía pensar por qué la población se comportaba de esta manera. En el mismo momento, me respondí que con los años la gente dejó de creer en los gobiernos de turno e instituciones gubernamentales a causa de la poca acción contra los problemas, precios altos, burocracia, casos de corrupción y los ciberataques, esto último, en Hacienda y la CCSS recientemente.

Un reflejo de lo anterior fueron las elecciones presidenciales. Estos diferentes motivos han hecho que los costarricenses se muestren desconfiados sobre cualquier información o labor del gobierno, sin mencionar que también diversos sectores del pueblo dieron ciertas noticias falsas acerca de que los censistas o el INEC querían obtener información sensible, como salarios, contraseñas o cuentas bancarias, lo que hizo crecer la desconfianza y el odio hacia las censistas. Muchas veces tuve que aclarar las intenciones del INEC.

Relación entre vecinos.

Durante mi labor, me di cuenta, conforme iba censando las casas, que la sociedad está muy aislada, muy metida en sus hogares, mantiene poca relación con los vecinos.

Se percibe poca cordialidad, superficialidad ante las cosas materiales y bienes, rostros serios y sin mucha ilusión, aspecto físico descuidado, así como lo metal, y, principalmente, falta de patriotismo.

Para celebrar un partido de la Selección Nacional, el pueblo se une y canta en una solo voz, mostrando el nacionalismo, o reclama los derechos ciudadanos, pero a la hora de ejercer los deberes, que también tenemos como ciudadanos, prefieren omitirlos, enojarse, considerarlos de poco uso o pasarlos por alto.

Luego se escuchan quejas y disgustos sobre el actuar de las instituciones y el gobierno. Esto no es nuevo, pero viene en aumento desde el comienzo de la pandemia.

Se puede ver cómo las personas no cuidan su salud —como en el caso de la covid-19—, no usan mascarillas o no atienden las prevenciones. En mi caso, fueron muy pocos hogares censados donde me daban la información con la mascarilla puesta.

Derechos y deberes.

En las tardes, cuando llovía y debía guarecerme —por ejemplo en una pulpería—, reflexionaba sobre el futuro de la sociedad en los próximos años o en el próximo censo, esperando que no sea así, pero la sociedad va por ese camino, una sociedad que muestra cada vez menos valores patrióticos, más egoísta, menos sensible a los problemas sociales.

He escuchado que esto se debe enseñar en las escuelas, pero también es tarea de los padres de familia. Recordé a una profesora de cuarto grado, de cuando aprendimos sobre los derechos y deberes de los ciudadanos establecidos por la ONU.

Ella nos decía que era muy fácil exigir derechos, pero también nos explicaba que los deberes eran aquellas obligaciones que deben realizar los ciudadanos de una nación, en especial, en un país democrático como Costa Rica.

Encontré muchas fallas en el INEC. En un espacio de 10 años para preparar todo, falló

Topé con problemas del INEC y rechazo y desinformación de la sociedad durante el proceso

la aplicación, el reclutamiento del personal, en calidad de los materiales y capacitación, pues creo que hubo quienes no hicieron su trabajo de manera responsable.

Escuché de compañeros que mostraron incapacidades, supervisores que no se movieron u omitieron información a los habitantes. Por mi parte, intenté el mayor esfuerzo en cada casa, aunque siento que no lo logré. Solo censé poco más del 50% porque las personas no abrieron.

Me queda como enseñanza que, si no se hace algo, la sociedad costarricense irá en declive más y más con el pasar de los años. Me gustaría tener la solución, pero sé que no haría nada, pues es un trabajo en sociedad para un bien en común.

Para finalizar, me gustaría expresar que no fue una mala experiencia del todo, ya que conocí a buenos compañeros de trabajo en los que apoyarme y dar apoyo.

Hubo casos en que las personas fueron amables y consideradas con uno y con la misión del INEC. Dicha misión es evaluar la situación de la población en cuanto a trabajo, estudios, vivienda y la cantidad de personas en el hogar para luego decretar leyes y normas para el bien de la ciudadanía. ■

OPINIÓN

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2022-07-06T07:00:00.0000000Z

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