La Nacion Costa Rica

Europa, tenemos un problema

Rodrigo da Costa y Kris Peeters RODRIGO DA COSTA: director ejecutivo de la Agencia de la ue para el Programa espacial. KRIS PEETERS: vicepresidente del Banco europeo de inversiones. © Project syndicate 1995–2022

El potencial de la revolución digital para crear nuevas oportunidades de crecimiento, transformar nuestras eco‑ nomías y sostener la transi‑ ción verde depende en gran medida de tecnologías que, literalmente, no están en este mundo.

Los modernos servicios automatizados y aplicacio‑ nes de inteligencia artificial necesitan para su funciona‑ miento datos inmediatos y precisos provistos por tecno‑ logías espaciales (sistemas de navegación global, obser‑ vación de la tierra, segui‑ miento de datos ambientales y comunicación satelital).

Esto se aplica a la agricul‑ tura, el transporte, la ener‑ gía, la defensa e incluso las finanzas. Los agricultores de‑ penden de los satélites para tomar decisiones acerca de qué cultivos plantar y cuán‑ do; barcos, aviones, trenes y automóviles usan datos sa‑telitales para desplazarse en forma segura y eficiente.

Las empresas de energía necesitan de los satélites para supervisar el funciona‑ miento de sus redes y mante‑nerlas; y los servicios finan‑cieros usan la información exclusiva que proveen como base para las decisiones de inversión y para el registro temporal preciso de las tran‑sacciones.

La Unión Europea ha he‑ cho grandes inversiones en el área, a través de proyectos de varios miles de millones de euros como Galileo y EG‑ NOS (Servicio Europeo de Na‑vegación por Superposición Geoestacionario); el sistema de observación de la Tierra Copernicus y el programa de comunicaciones seguras por satélite GOVSATCOM.

Europa también puede ha‑ cer alarde de muchas empre‑ sas que están a la vanguardia de la innovación espacial. Pero la inversión europea en tecno‑ logías espaciales, en particu‑lar, en sectores estratégicos de veloz crecimiento como el de drones y soluciones de consu‑ mo, está rezagada respecto de otros lugares, como Estados Unidos y Asia.

Invertir más en tecnologías espaciales.

El lugar de Euro‑ pa en el mundo del mañana dependerá en gran medida de su competitividad, influencia y capacidad para actuar en forma autónoma. Eso implica invertir más en tecnologías es‑paciales, muchas de las cuales tienen aplicaciones militares además de las civiles.

Según un informe conjunto (Global Navigation Satellite Systems Investment Report)

de la Agencia de la UE para el Programa Espacial y del Ban‑ co Europeo de Inversiones, la inversión europea para la investigación en servicios y tecnologías relacionados con los sistemas de navegación sa‑ telital creció a una tasa anual compuesta del 5,7% entre el 2016 y el 2019.

Pero el incremento de la in‑ versión anual en investigación de las empresas norteamerica‑ nas y asiáticas fue del 8,6% y el 8,7%, respectivamente. Para mantener la competitividad y la autonomía en el área de la tecnología espacial, Europa tiene que invertir cuando me‑ nos 42.000 millones de euros ($44.000 millones) en investiga‑ ción y desarrollo en los próxi‑ mos diez años.

No menos del 85% de la in‑ versión europea en I+D en ser‑ vicios de navegación satelital corresponde a apenas cinco grandes empresas. Estos líde‑ res industriales tienen recur‑ sos para reinvertir y facilidad de acceso a los mercados de capitales, pero a las empre‑ sas europeas más pequeñas se les hace mucho más difícil obtener fondos, sobre todo, en comparación con sus competi‑ doras estadounidenses o asiá‑ticas.

Un factor del retraso de Eu‑ ropa es la falta de capitalistas de riesgo especializados en el sector espacial. Esta escasez obliga a muchas de las estre‑ llas europeas en ascenso a acudir al capital extranjero.

En los últimos cinco años, competidoras norteamerica‑ nas y asiáticas compraron participaciones de por lo me‑ nos un 5% en 14 empresas eu‑ ropeas del sector de la navega‑ ción satelital.

Esas adquisiciones no solo disminuyen la cuota que reci‑ be Europa de los ingresos glo‑ bales, sino que también le res‑ tan competitividad, al reducir capacidades tecnológicas po‑tenciales a lo largo de la cade‑ na de valor de la innovación.

Ayudar a las pequeñas y medianas empresas.

Tanto en Europa como en las regio‑ nes competidoras, el sector público tiene una enorme par‑ ticipación en la industria es‑ pacial. Como banco de la UE, el BEI sostiene la industria es‑ pacial europea de diversas ma‑ neras: sus actividades crediti‑cias habituales, operaciones de deuda de riesgo, el Fondo de Inversión Europeo (FEI) y varios programas específicos, entre ellos, la Iniciativa CAS‑ SINI Space Entrepreneurship (de mil millones de euros), lanzada en enero del 2022, y la nueva Iniciativa Europea de Seguridad Estratégica (seis mil millones de euros), anun‑ ciada por el BEI en marzo del 2022.

También se ha invertido en empresas europeas fabrican‑ tes de satélites, innovadoras y con gran potencial, como Spi‑re (Luxemburgo), D‑Orbit (Ita‑ lia) y EnduroSat (Bulgaria).

Pero no es suficiente in‑ vertir lo mismo que Estados Unidos, China y Japón, que además de proveer financia‑ ción directa para ayudar a las startups espaciales a crecer y madurar, también sostienen al sector otorgando contratos con el Estado a las empresas en ascenso.

De este modo, las compa‑ ñías estadounidenses, chinas y japonesas obtienen un sello público de aprobación y un flujo constante de ingresos, lo que a su vez las ayuda a con‑ vertirse en actores globales importantes.

En la nueva carrera espa‑ cial hay tanto en juego como durante la Guerra Fría, solo que esta vez Europa es uno de los contendientes. Pero para seguir en la competencia, hay que esforzarnos mucho más en hacer que las grandes es‑ trellas brillen más.

Y el primer paso es proveer a pequeñas y medianas em‑ presas de este sector crucial más financiación a la medida de sus necesidades, para ayu‑ darlas a crecer y comercializar sus nuevas tecnologías.

El 29 y 30 de junio una varie‑dad de participantes del mer‑ cado se reunió en París para examinar estas cuestiones en un taller organizado por el FEI (Backing the Stars of Europe: New Horizons for Private Investment Funds in the Space Sector (Dar respaldo a las estrellas de Europa: nuevos horizontes para los fondos de inversión privados en el sector espacial).

Como muestran los últi‑ mos sucesos internacionales, Europa no puede darse el lujo de postergar esfuerzos que ga‑ranticen su competitividad y autonomía, tanto en la tierra como en el espacio. ■

En la nueva carrera espacial hay tanto en juego como durante la Guerra Fría, solo que esta vez Europa es uno de los contendientes

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2022-07-06T07:00:00.0000000Z

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