Niños de escuela en Heredia solo reciben 3 horas de clases al día

››desde hace un año, centro educativo espera aval para reparaciones

Gabriela Carmona está preocupada porque luego de dos años de pandemia, en los que se perdieron o complicaron muchas clases, su hijo, que está en quinto grado, enfrenta un nuevo rezago, pues recibe solo tres horas de lecciones al día desde hace más de 11 meses.

La razón es que la escuela a la que asiste tuvo que clausurar la mitad de sus aulas luego de recibir una orden sanitaria por el colapso de una pared.

Se trata de la Escuela Miguel Aguilar Bonilla, ubicada en El Palmar de San Rafael de Heredia. La madre contó a La Nación que el problema se inició desde el 13 de setiembre del 2021, cuando una pared del gimnasio se vino abajo y bloqueó el paso entre los dos pabellones que tiene la institución.

Explicó que un día después del suceso, se deshabilitó el segundo pabellón, por lo que hubo que acomodar a todos los estudiantes en el primero, desde kínder hasta sexto grado, con horarios reducidos de tres horas al día para cada grupo.

Para ella y los demás padres de familia, la principal preocupación es que sus hijos ya venían con un fuerte rezago educativo, exacerbado por la pandemia, y este año, como consecuencia del desplome de la pared, también están enfrentando dificultades para recibir todos los aprendizajes.

‘Muy difícil’. La directora de la escuela, Beatriz Chaves, confirmó a este diario que desde que el Ministerio de Salud ordenó clausurar media institución, han tenido que arreglárselas para impartir lecciones en las pocas aulas disponibles y dar a los estudiantes los contenidos que alcanzan en tres horas diarias.

“Es muy difícil, los maestros lo que hacen es que se quedan con los chiquitos que van rezagados dándoles atención individualizada, pero en grupitos pequeños donde no ocupen un aula; entonces, se acomodan en el patio o en algún lado, donde sea. Tenemos un año en esta pena”, manifestó la directora.

Chaves detalló que lo único que hace falta para resolver la situación es que la Dirección de Infraestructura Educativa (DIE) del Ministerio de Educación Pública (MEP) les autorice utilizar los recursos que tienen en su presupuesto para atender estos casos. Sin embargo, dijo, llevan meses sin recibir respuesta del órgano.

De acuerdo con Chaves, como el gobierno intervino la DIE, la situación se atrasó más y la última noticia que recibieron es que las obras solo se iniciarían si la ministra de Educación, Anna Katharina Müller, gira una orden específica para hacerlo. “Estamos en espera de eso ya a 100 días de gobierno”, dijo.

“Nosotros ya tenemos absolutamente todo para que la DIE nos mande la carta donde nos autoriza, porque esa plata la tenemos; tenemos en Caja Única del Estado ¢54 millones para infraestructura, entonces no necesitamos ni el dinero. De hecho, hasta hubo una donación de una arquitecta que hizo todo el trabajo previo para empezar a construir, pero con el cambio de gobierno, todo se paralizó”, agregó la directora.

Gabriela Carmona, quien también ha fungido como representante de los padres de familia, remitió a La Nación una serie de correos que envió al MEP para exponer la difícil situación de los estudiantes y solicitar apoyo. No obstante, afirmó, “todos los funcionarios se pasaron la bola”.

En uno de los correos, la madre escribió: “Solicitamos su ayuda urgente, ya que se nos indicó que la DIE tiene el caso en trámite y remitió a la escuela un oficio con la resolución; sin embargo, dicho oficio no tiene número ni firma, debido a la intervención que actualmente tiene la DIE por parte del gobierno”.

Carmona incluso incluyó fotografías donde se observa el desastre provocado por el colapso de la pared del gimnasio.

La Nación consultó por este tema a la ministra de Educación y respondió que “mañana (este jueves) tendrán luz verde para iniciar el proceso de contratación para la construcción del nuevo muro; tienen que contratar asesoría de un profesional externo”.