El fuera de juego en el fútbol y la vida

Está de moda la anulación de goles debido al fuera de juego. No pocos aficionados hemos criticado el fuera del juego en miles de ocasiones cuando el perjudicado es nuestro equipo local o internacional.

El Diccionario de la lengua española contiene una acepción para definir el fuera de juego, y dice lo siguiente: “En el fútbol y otros juegos, posición antirreglamentaria en que se encuentra un jugador, y que se sanciona con falta contra el equipo al cual pertenece dicho jugador”.

El malestar se incrementó tras la llegada del videoarbitraje (VAR, siglas en inglés de video assistant referee). Con el uso de esta tecnología se anulan goles como consecuencia de que un jugador tenga medio centímetro del cuerpo adelante con respecto al último jugador del equipo contrario.

La FIFA y muchas federaciones alrededor del mundo invierten millones de dólares en esta tecnología para hacer “más justo” el resultado de un partido. Recientemente, se informó de que la Federación de nuestro país piensa poner en funcionamiento el VAR en forma parcial.

¿Tiene sentido anular un gol al calificarlo de fuera de juego? ¿No debería eliminarse o modificarse la regla del fuera de juego? El gol es lo que hace que el fútbol sea el deporte más practicado y visto en el mundo; que unos rían, griten y festejen, y otros lloren, se lamenten o estén de luto.

El fuera de juego premia al equipo defensivo y castiga al equipo ofensivo. Castiga al jugador más veloz, al que posee más picardía, al que tiene la capacidad de burlar una estrategia defensiva que a los aficionados al fútbol nos deprime ver.

¿Cuántas veces no habremos

El malestar se incrementó tras la llegada del videoarbitraje o VAR por sus siglas en inglés

criticado al equipo que llega a defenderse, que “mete el bus” y juega con el error del contrario en lugar de jugar con sus propias virtudes?

Muchos dirán que eliminar el fuera de juego beneficiará a los equipos con más recursos económicos, pues tienen la capacidad para contratar a los mejores jugadores. Yo creo que la afirmación es parcialmente cierta.

Algunos jugadores establecen la diferencia (Modric, para quienes somos aficionados al Real Madrid; Messi, para los argentinos). Sin embargo, el fútbol es un juego practicado en conjunto. Un equipo, aun con los mejores jugadores del mundo, si no juega en conjunto está destinado a fracasar (por ejemplo, los galácticos en el Real Madrid o el trío de delanteros en el Paris Saint Germain).

¿Qué causaría la eliminación del fuera de juego? Un cambio de estrategia que beneficiaría al fútbol y al espectáculo, ya que habría más goles y los equipos defensivos se verían obligados a modificar su esquema para contrarrestar las habilidades ofensivas del contrario en formas diferentes. Posiblemente, sería un juego más uno contra uno, como en la década de los setenta, cuando jugadores como Pelé brillaban en las canchas.

Muchos pensarán que este artículo es interesante para el mundo del fútbol. Sin embargo, la regla del fuera de juego la aplicamos en la vida. ¿Cuántas veces se castiga a las personas que por sus habilidades o dotes se adelantan a su época y plantean ideas o negocios por medio de los cuales sacan ventajas a la mayoría de nosotros?

En lugar de festejar sus éxitos, se busca cómo anularlas empleando reglas que no están hechas para promover lo que toda sociedad persigue: el desarrollo personal y, por medio de este, el desarrollo y bienestar sociales.

Nos olvidamos que el crecimiento social es producto del desarrollo individual. Son las personas las que gracias a su esfuerzo producen los bienes y servicios que benefician a la colectividad.