La Nacion Costa Rica

La ‘S’ no gana partidos, colecciona trofeos

› Saprissa desató su locura y provocó la frustración de alajuelense otra vez

Esteban Valverde esteban.valverde@nacion.com

La camisa con la que Ariel Rodríguez celebró la estrella ‘38’ del Saprissa resume lo que se puede decir del cetro morado: “Saprissa no gana partidos, Saprissa gana campeonatos”.

Saprissa demostró que es el más grande del país. El cuadro morado se coronó campeón a pesar de llegar herido al segundo juego de la final y se impuso claramente a Alajuelense. Los tibaseños causaron el enojo de Andrés Carevic, la frustración de Giancarlo González y asestaron un golpe contundente a los manudos. Cuando parecía que la Liga era más fuerte, el Monstruo sacó su mejor carta: la Cueva, y puso las cosas en su lugar.

Luis Paradela lloró, Ulises Segura no podía hablar debido a la emoción, Warren Madrigal tuvo los ojos llorosos durante toda la celebración, mientras que en el lado opuesto Josimar Alcócer lloraba como un niño desconsolado y Carlos Mora golpeaba todo lo que tenía al frente. Las dos caras de la Gran Final fueron esas, porque la Liga no podía creer que había perdido el título, y Saprissa hizo lo que siempre pensó: remontar y demostrar que su casa decide campeones.

A la Liga, que dominó a los saprissistas en tres de los cuatro juegos, no le fue suficiente este esfuerzo, porque Saprissa fue superior en los 90 minutos y se quedó con el título. La derrota de la S fue un golpe duro para los erizos, que experimentaron una frustración y sufrimiento que el propio ídolo Mauricio Montero había sentenciado: “sería catastrófico no ganar esta final”.

Celso Borges miró con resignación el marco defendido por Leonel Moreira. El arquero se quedó inmóvil al notar que el esférico abombó sus redes. Andrés Carevic llevó las manos a la cintura y volvió a mirar su banquillo, mientras Martín Arreola movía la cabeza negando con gestos. Al frente, Javon East celebró enloquecido, Vladimir Quesada se abrazó con José Francisco Porras y Mariano Torres le gritó con todo el gol a Giancarlo Pipo González.

El equipo dirigido por Vladimir Quesada tuvo una baja de última hora cuando Youstin Salas se lesionó en el calentamiento, y el estratega incluyó a Jaylon Hadden como titular. Ironicamente, Hadden deja el Saprissa como un candado en la final, demostrando que su profesionalismo no puede ser cuestionado, aunque ahora vestirá los colores del Herediano.

Quesada no solo tuvo que lidiar con un cambio de último momento, ya que fue muy criticado por sus decisiones en los juegos anteriores, sino que también se atrevió a hacer cambios importantes en el ataque: Javon East y Warren Madrigal entraron de inicio. Al final, ambos anotaron y respaldaron enormemente la decisión del estratega.

Pese a que transcurrieron los primeros 15 minutos del partido sin que cayera la ansiada diana saprissista, el estadio rugía una y otra vez para motivar a sus jugadores y lo consiguieron. Cuando llegó el primer gol morado, era claro que caerían los necesarios para celebrar el cetro.

Una mención especial se merece Javon East, figura de la final con asistencia y gol, sobre todo porque el torneo no fue fácil para él debido a temas extrafutbolísticos. El jamaiquino apareció en el partido que más necesitaba su equipo y logró no solo marcar diferencia en ataque, sino que también fue un extremo con una entrega defensiva envidiable.

Para el cierre, Alajuelense consiguió un penal que Celso Borges transformó en anotación. El marcador global se puso 3 a 2 y el cierre del encuentro se llenó de expectativa, pero no de sufrimiento para los tibaseños. Los morados resolvieron el cierre del partido sin problema y solo esperaron el pitazo final para celebrar la 38ª estrella.

Saprissa continúa coleccionando campeonatos. Pudo haber perdido partidos, pero el cetro se quedó nuevamente en la Cueva, como ha ocurrido en 37 ocasiones anteriores.■

PURO DEPORTE

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2023-05-29T07:00:00.0000000Z

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