La Nacion Costa Rica

Bianka deja huella y Otto dolor

Alejandra Portuguez Morales alejandra.portuguez@lateja.cr

Bianka Pichardo Argüello cumpliría 7 añitos en febrero del próximo año, pero su paso por este mundo fue corto, tan solo estuvo con sus seres queridos un año y siete meses, los cuales fueron suficientes para dejar huella en la vida de quienes la conocieron.

Está bebé, de Bijagua de Upala, es una de las diez víctimas mortales que dejó el huracán Otto a su paso por Costa Rica hace cinco años.

La tragedia sucedió la noche del 24 de noviembre del 2016 cuando una cabeza de agua provocada por Otto bajó desde uno de los cerros del Miravalles y se llevó dos casas, entre ellas la de la familia de la pequeña a la que le gustaba cantar, dar abrazos y expresar amor.

La fuerza de la naturaleza también le quitó la vida a la mamá de Bianka, Kattia Vanessa Argüello Castro, de 30 años. El único sobreviviente fue el papá, Rolando Pichardo, quien no solo soportó los golpes físicos causados por las enormes rocas y las ramas que lo azotaron, sino también las heridas emocionales por perder a sus princesas.

El cuerpo de Bianka fue el último en aparecer, lo hallaron por medio de su pijama, la tarde del sábado 27 de noviembre del 2016; horas después de que enterraran a su mamá. La bebé fue sepultada un día como hoy, hace cinco años.

Recuerdo. Melissa Pichardo, tía de Bianka cuenta que era la única bebé que había en la familia y desde entonces no ha habido otra.

“Hemos aprendido a sobrevivir con el recuerdo, Bianka era de esos ángeles que llega a enseñarte, porque ella llegó a llenar de amor y ternura a la familia.

“Luego de su muerte encontramos unas tenis y unos zapatitos que casualmente yo se los había regalado, uno guarda eso como un tesoro, pero en mi casa también hay varios de sus recuerdos, porque a veces se quedaba y había ropita y juguetes, entonces decidimos conservar algunas cositas, así como la infinidad de fotos y videos que tenemos de ella”, detalló la tía, quien mantiene copias en la computadora y en la nube para no perderlas nunca.

“Dios guarde se nos pierdan estas fotos tan hermosas y maravillosas, siempre la recordamos, de repente me pongo a ver los videos y recuerdo esos momentos felices. Por ejemplo cuando mi mamá cumplió años, Bianka le metía los dedos al queque para comerse el lustre, ella era una chispa de alegría, no le gustaba estar encerrada en la casa, le encantaba andar a caballo y comer tortillas, por eso buscaba a Lela (abuela) para que le hiciera. Todos estos recuerdos nos devuelven las sonrisas”, expresa con la tía.

Durante estos años, Melissa solo una vez ha soñado con la chiquita y le es imposible imaginar cómo sería en la actualidad.

“Siempre pienso en cómo estaría, ya estuviera supergrande y andaría cantando”, comenta su tía.

Melissa también era muy cercana a Kattia Vanessa, ya que durante años compartieron muchas experiencias.

“Mi cuñada era como mi hermana, nos teníamos mucha confianza por nuestro convivir. A veces pienso que fue ayer cuando estaban con nosotros, pero el dolor sigue”, mencionó.

Melissa, además, fue alumna de la profesora de español María Isabel Picado, otra de las fallecidas junto al hijo de esta, Israel Zúñiga, por lo que tuvo que soportar el dolor de perder de golpe a cuatro personas muy cercanas.

“Era mi profesora e incluso me ayudó con los exámenes de bachillerato. De ese día recuerdo que escuché un traqueo de la tierra y cuando la cabeza de agua se llevó las viviendas, el carro y las personas, fue difícil estar en ese momento.

“Este es un tema muy difícil, pero a ellos los recordamos con una misa y les llevamos flores a la tumba”.

A pesar de todo el dolor, Melissa asegura que tratan de vivir sin temor, pues comprenden que fue la fuerza de la naturaleza la que provocó todos estos daños.

“No podemos estar viviendo con miedo, solo espero que no pase otro huracán, pero lo que está por suceder siempre va a pasar aunque tratemos de huir, los humanos no podemos tener control de los efectos de la naturaleza”, reflexionó.

Otto pasó por Costa Rica como huracán categoría 2, con vientos de hasta 175 kilómetros por hora y lluvias de 200 litros por metro cuadrado, que equivalen a las caídas durante todo un mes de invierno.

El huracán dejó diez muertos en suelo tico (siete adultos y tres niños), unas 10.831 personas fueron directamente afectadas en Upala y Bagaces, Guanacaste.

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2021-11-28T08:00:00.0000000Z

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