La Nacion Costa Rica

BUSCÓ, BUSCÓ Y ELLA LO ENCONTRÓ

Franklin Arroyo franklin.arroyo@lateja.cr

Glenn Peacock Montero pasó cerca de diez años pulseando tener una Corolla FX y pese a su esfuerzo por hallarla, la nave le llegó más por casualidad que por otra cosa. ¡Lo que toca...toca!

Hoy, gracias a su chineos, Peacock tiene este modelo 92 convertido en una joyita.

Peacock es mecánico y su primer carro fue un Honda, el que tuvo por unos cuatro años, etapa en la que conoció, por medio de una imagen en Internet, una Corolla FX AE 92 GTI y se obsesionó.

A partir de allí inició una búsqueda implacable y se dio cuenta que en Costa Rica existen muy pocos de estos modelos.

“Desde ese momento me dediqué a buscarlo, cambié mi oficio de comerciante a vendedor de repuestos solo de la marca Toyota, teniendo primero once Corollas FX, tres de ellas al día (para poder circular), las demás para repuestos. Después tuve tres Corollas, de modelos del año 93 al 97 y por último trece Corollas Sedan de los años del 89 al 92, de esas dos estaban al día y las demás eran para repuestos”, detalló Peacock.

Glenn tuvo que vender, por problemas económicos su Corolla, pero nunca dejó de buscar su FX 92.

Pero, ¿cómo le llegó a su carro soñado?

“Por un amigo que se llama Jonathan Bogarín, quien me pidió una reparación para un carro que había comprado, una Corolla. Me llamó para hacerle una conversión al carro y fui a su casa”.

“Resulta que el carro estaba cubierto por una lona y escuché decir a mi hijo mayor, que también se llama Glenn: “Que raro papá, es igual al suyo por el frente, pero por atrás no (los FX son compactos, o sea, no tienen maletero), así que dejé lo que estaba haciendo, le quité la lona y lo voy viendo”, dijo emocionado.

“Lo primero que hice fue preguntarle dónde lo consiguió y me dijo que un señor se lo vendió. Al día siguiente llegué a las ocho de la mañana a trabajarlo y le dije que se lo compraba. Me dijo que no, que le había pagado ocho placas y Riteve y que lo quería para él”.

Como la respuesta fue negativa, Glenn utilizó su último cartucho y le dijo: “Cuando usted lo quiera vender búsqueme”.

“Mi esposa también es mecánica y buscó el carro conmigo como por diez años, por lo que le dije que por lo menos me iba a dar el gusto de tenerlo en las manos, aunque confieso que me agüevé todo”, recordó.

Sin embargo, un año después de hacer ese trabajo, Bogarín lo llamó y le dijo que se iba a comprar un Suzuki, y le preguntó si todavía estaba interesado en la Corolla.

“Tenía como 800 mil colones y de una vez me fui a su casa. Le dije: aquí está la señal de trato y al otro día lo tenía conmigo. Tardé como dos meses en pagarlo (no dijo cuánto más soltó).

Desde entonces, Glenn luce orgulloso su auto y dice que muchos conocedores le piden fotos.

Y este viernes, nos llamó con otra gran noticia.

“Voy para Orotina a comprar un carro igual, uno de los cuatro o cinco que quedan en el país”. Ayer nos contó que lo compró, pero no la pondrá a circular, la desarmará para repuestos de su chuzo. ¡Eso es pasión!

Desde Sol

es-cr

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

2021-11-28T08:00:00.0000000Z

https://lanacioncostarica.pressreader.com/article/282016150600333

Grupo Nacion